jueves, 14 de marzo de 2019

Envejecimiento normal

Dr. Ricardo Moragas, gerontólogo

El envejecimiento es un proceso biológico normal mediante el cual se termina la reproducción de la mayoría de las células (lo cual se denomina senectud), generando una serie de cambios estructurales y funcionales en diferentes áreas del cerebro y que no se deben a alteraciones o enfermedades. Por esta razón, al llegar a esta etapa de la vida las personas se enfrentan a dificultades o requieren de un esfuerzo mayor de las funciones cognitivas para llevar a cabo sus actividades cotidianas.

Llegado a este punto, con base en Jurado, Mataró y Pueyo (2013), se expondrán algunos modelos que explican el envejecimiento normal:
  • Modelo HAROLD: postula que la corteza prefrontal está menos lateralizada, que significa que hay mayor equilibrio hemisferial. Ahora bien, con ayuda de las pruebas de neuroimagen, se ha podido comprobar una reducción en la actividad del lóbulo occipital (encargado de las funciones visuales) y aumenta la frontal (encargado del control motor voluntario y las funciones mentales superiores), a causa de esto se incrementan algunas funciones como la "atención, procesamiento visoespacial y memoria" (Jurado, Mataró & Pueyo, 2013. P, 13).
  • Modelo CRUNCH: "propone que cuando aumenta la carga de la tarea, se incrementan las regiones corticales que se activan" (Jurado, Mataró & Pueyo, 2013. P, 13). Ahora bien, a partir de este modelo se ha planteado la teoría de compensación funcional, en otras palabras, esto alude que las personas ancianas necesitan realizar mayor esfuerzo cognitivo para ejecutar una determinada actividad.
  • Modelo GOLDEN: se basa en la premisa de que el envejecimiento normal "representa procesos de maduración que causan cambios progresivos en las distribuciones de las capacidades mentales a lo largo de la vida" (Jurado, Mataró & Pueyo, 2013. P, 13). En concreto, los fenómenos más destacados del modelo son "la reducción de la capacidad de la memoria de trabajo, las alteraciones de los procesos inhibitorios, los aumentos en la activación del lóbulo frontal y la falta de supresión de las respuestas en función de la repetición" (Drag y Bieliauskas, 2010; Fabiani, 2012; Jurado, Mataró & Pueyo, 2013. P, 13).
Por último, a continuación se presentan y explican las funciones cognitivas afectadas en el envejecimiento normal, tomando de referencia los autores Jurado, Mataró & Pueyo (2013): 
  • En el lenguaje la persona sufre anomia, es decir que tiene las palabras en la punta de la lengua, pero no las puede expresar.
  • Hay menor capacidad de control inhibitorio, lo cual implica que el sujeto suele ejecutar actos motores o decir cosas que no son apropiadas con las situaciones
  • La atención sostenida y dividida se afectan o es más difícil concentrarse en uno o varios estímulos a la vez.
  • La memoria episódica o de recuerdos del pasado (la autobiografía) se altera y olvidan anécdotas. 
  • La memoria prospectiva o la encargada de recordar eventos futuros como compromisos que sucederán unas horas más tarde o del día de mañana. Ésta se deteriora.
  • Memoria de trabajo u operativa que es el proceso para poder recordar cosas en el momento presente, es decir que la persona no puede estar pendiente (mentalmente) de la información y por lo tanto se olvida de las cosas a corto plazo. 
  • El reconocimiento de la información y la familiaridad a los detalles. De acuerdo a estos dos procesos, reconocer erróneamente la información puede llevar a falsos recuerdos y/o confundir las cosas, con lo cual pueden pensar que algunos objetos tienen características que, realmente, no. 
  • Déficits visoperceptivos (sobre todo visoespaciales): atención visoespacial, memoria visoespacial, orientación visoespacial. De acuerdo a estas habilidades, las personas ancianas les cuesta realizar tareas como escribir, dibujar figuras, relacionadas además por dificultades motoras, y orientarse en el espacio. 
  • La velocidad de procesamiento (se ha propuesto que la mayor parte de los cambios cognitivos que ocurren en los ancianos es porque este proceso está más enlentecido, en todas las áreas mencionadas).
Bibliografía

domingo, 10 de marzo de 2019

Trastornos específicos del aprendizaje

A nivel escolar muchos(as) niños(as) presentan problemas específicos en diversas áreas del aprendizaje. Éstos dificultan, significativamente, su desarrollo personal y escolar, con lo cual tienden a repetir grados y, además, se frustran bastante y porque se sienten diferentes. Por otro lado, pueden ser víctimas de discriminación por parte de sus compañeros, docentes y familiares.

Ahora bien, estas dificultades se conocen como trastornos específicos del aprendizaje. Llegado a este punto, éstos son de inicio precoz y tienen una etiología multifactorial, ya sea por daños neurológicos, aspectos genéticos, poca o nula estimulación en áreas como el lenguaje, habla, lectura, cálculo, etc. durante su desarrollo.

Por otro lado, Aguilera y colaboradores (2004) citan la Canadian Association for children and adults with Learning disabilities (1981), quienes ofrecen la siguiente definición (p, 54):

«Dificultades de Aprendizaje es un término genérico que se refiere a un grupo heterogéneo de desórdenes debido a una identificable o supuesta disfunción del sistema nervioso central. Tales desórdenes se pueden manifestar por demora en el desarrollo temprano y/o dificultades en alguna de las áreas siguientes: atención, memoria, razonamiento, coordinación, comunicación, lectura, escritura, deletreo, cálculo, competencia social y maduración emocional. Las DA son intrínsecas al individuo, y pueden afectar al aprendizaje y conducta en cualquier individuo, incluyendo a aquellos con potencialidad media, con inteligencia media, con inteligencia media o superior a la media. Las DA no son debidas principalmente a hándicaps visual, auditivo o motor, retraso motor, perturbación emocional, o desventaja ambiental, aunque puedan ocurrir al mismo tiempo con alguna de éstas. Las DA se pueden derivar de variaciones genéticas, factores bioquímicos, situaciones en el periodo pre o perinatal, o algunos otros sucesos posteriores que originan daños neurológicos». (En Wiener y Siegel, 1992, p. 342).


Área de Wernicke
El área de Wernicke es una zona del lóbulo temporal izquierdo, descubierta por Karl Wernicke en 1876 y se encarga de decodificar o descifrar la palabra hablada. "Se le considera el centro más importante de la comprensión del lenguaje hablado" (Fajardo & Moja, 1999, P. 69).




Área de Broca
Es una zona del lóbulo frontal izquierdo, encargada de "coordinar y secuenciar los movimientos ejecutores del habla" (Fajardo & Moja, 1999, P. 70), y por lo tanto de la producción del lenguaje hablado. Fue descubierta por Paul Broca en 1864. 




Área inferior de Luria
Es una estructura del lóbulo parietal, descubierta por Alexander Luria. Funciona junto con el área de Broca, interviendo en la "formación de imágenes verbo-motrices, en la coordinación de los movimientos y en la recepción de la información de las distintas partes del sistema fono-articulatorio" (Fajardo & Moja, 1999, P. 70). De hecho, participa "en todo tipo de praxias del lenguaje hablado" (Fajardo & Moja, 1999, P. 70). 

Área superior de Luria
Es una estructura del lóbulo parietal, también descubierta por Alexander Luria y tiene una función esencial "en las praxias manudigitales, así como en las expresiones no verbales del cuerpo que acompañan a todo el lenguaje hablado" (Fajardo & Moja, 1999, P. 69). "Tiene un papel relevante en el proceso de la escritura" (Fajardo & Moja, 1999, P. 69).


Área de Exner
Es una zona del lóbulo frontal, descubierta por Siegmund Exner. Funciona junto con el área superior de Luria, coordinando "los movimientos de las manos y los dedos, y se encarga del control de la escritura" (Fajardo & Moja, 1999, P. 69).




Área de Dejérine


Es una estructura del parieto-temporo-occipital, descubierta por Joseph Jules Dejérine y es considerada como "el centro de la lecto-escritura" (Fajardo & Moja, 1999, P. 70). Es la zona encargada "de la integración simbólica que se presenta en la lectura" (Fajardo & Moja, 1999, P. 70). Por otro lado, "integra e interpreta los estímulos visuales necesarios para la comprensión y producción de un texto escrito" (Fajardo & Moja, 1999, P. 70). 



Trastornos específicos del aprendizaje
Disfasia: "Es un trastorno primario que no se debe a otros problemas como deficiencia mental, alteración emocional, deprivación ambiental, problemas motores o deficiencia auditiva" (Portellano, 2007. P, 112) y "es específica de la adquisición normal del lenguaje comprensivo y/o expresivo en la infancia, sin que estén afectadas las restantes funciones cognitivas" (Portellano, 2007. P, 112).

Afasia: 
"es un trastorno causado por lesión cerebral que afecta al procesamiento simbólico del lenguaje y se caracteriza por la presencia en grado variable de trastornos de comprensión, expresión, denominación, fluidez y repetición" (Portellano, 2005, p, 214). 

Disartria: "es un trastorno que impide la correcta articulación de las palabras, como consecuencia de lesiones en el sistema nervioso central, los nervios periféricos o la musculatura bucofonatoria" (Portellano, 2007. P, 116).

Dislalia: es un trastorno de la articulación de las palabras causado por alteraciones en las áreas periféricas del lenguaje. En ocasiones sus síntomas se pueden confundir con los de la disartria, aunque su diferencia estriba en que en las dislalias no existe un trastorno explícito en el sistema nervioso (Portellano, 2007. P, 115).

Disfemia: consiste en una alteración del ritmo de la emisión oral que altera la fluidez del habla, volviéndose entrecortada, interrumpida, repetitiva o vacilante. El bloqueo en la emisión de palabras se debe a un espasmo o contractura de los músculos de la cara y del cuello que participan en la fonación, lo que impide la expresión fluida del discurso (Portellano, 2007. P, 114).

Disgrafía: "es un trastorno de tipo funcional (...) que afecta a la calidad de la escritura del sujeto, al trazado o a la grafía" (Martín Domínguez, 2013. P. 173). Constituye irregularidades en la escritura que afectan a la transformación de los fonemas sonidos en unidades gráficas (palabras, frases), calidad del trazo (excesiva presión, lentitud, etc.) y la actitud de la conducta escribana (forma de coger el lápiz, postura de la mano y brazo, distancia de la cabeza al cuaderno, etc.) (Martín Domínguez, 2013. P. 174).


Agrafía: 
es "la dificultad adquirida para la escritura o para el deletreo de palabras, que frecuentemente se asocia a afasia y alexia" (Portellano, 2005, p, 222). 

Disortografía: "se puede definir como el conjunto de errores de la escritura que afectan a la palabra y no a su trazado o grafía" (García Vidal, 1989, P. 227; Martín Domínguez, 2013. P. 178). Generalmente, "incluye solamente errores en la escritura, sin necesidad de que tales errores se den también en la lectura, aunque suelen presentarse frecuentemente" (Martín Domínguez, 2013. P. 178).

Dislexia: "es una dificultad específica del aprendizaje de la lectura que se manifiesta con mayor intensidad durante la etapa escolar. Es el trastorno neuropsicológico más frecuente en población infantil, (...), con una prevalencia que oscila entre el 5% y el 15%" (Portellano, 2007. P, 121). 


Alexia: 
es una "alteración en la comprensión del lenguaje escrito causada por daño cerebral adquirido, siendo un síntoma frecuentemente asociado a los cuadros afásicos" (Portellano, 2005, p, 220).

Discalculia: es un trastorno (...) de las capacidades matemáticas que tiene un origen biológico, ya sea genético o adquirido, como consecuencia de alguna disfunción cerebral. Dicho trastorno afecta a las áreas cerebrales que son el sustrato neurobiológico de las capacidades matemáticas, impidiendo la realización de cálculo, sin que exista alteración en las restantes funciones cognitivas  (Portellano, 2007. P, 137). 


Acalculia: "es un trastorno adquirido de la capacidad computacional, normalmente asociado a alexia y agrafía para los números, estando alterada tanto la capacidad para el cálculo escrito como para el cálculo oral" (Portellano, 2005, p, 224). 

Dispraxia: "alteraciones en la estructuración espacio-temporal y en la integración del esquema corporal que tienen como resultado dificultades para reproducir modelos en los que se suponen relaciones espaciales (por ejemplo, representación de la figura humana)" (Ajuriaguerra y Marcelli [1987], citados por Cobos [1995, p. 66]; Martín Domínguez, 2013. P. 160).


Apraxia: se define como una "incapacidad para la ejecución de actos motores previamente aprendidos, en ausencia de parálisis, trastorno sensorial o ataxia, con buena comprensión, colaboración y atención del sujeto" (Portellano, 2005, p, 265). 


Bibliografía
  • Aguilera, A. (2004). Introducción a las Dificultades del  Aprendizaje, Madrid, España, Editorial MC Graw Hill. 
  • Fajardo, L & Moya, C. (1999). Fundamentos neuropsicológicos del lenguaje, Salamanca, España, Ediciones Salamanca.
  • Martínez Domínguez, D. (2013). Psicomotricidad e intervención educativa, Madrid, España, Ediciones Pirámide.
  • Monge, S. (2009). Los lóbulos del cerebro y sus funciones. Neuromarca. Recuperado de: https://es.m.wikipedia.org/wiki/Archivo:Lobes_of_the_brain_NL.svg. (De aquí se extrajo una imagen y se modificó)
  • Portellano, J.A. (2007). Neuropsicología Infantil, Madrid, España, Editorial Síntesis. 
  • Portellano, J.A. (2005). Introducción a la neuropsicología, Madrid, España, Editorial Mc Graw Hill. 

jueves, 7 de marzo de 2019

Trastorno por déficit de atención con hiperactividad

Bauermeister, J. (2014) Hiperactivo, impulsivo, distraído. ¿Me conoces? (P, 30)

Es un trastorno neurocomportamental y de los más comunes en niños(as) y adolescentes que se caracteriza por síntomas de inatención, hiperactividad e impulsividad. "A menudo es crónico con síntomas prominentes y deterioro que se extiende hasta la edad adulta (Wilens & Spencer, 2010. P, 97)".

Criterios y diagnóstico
Criterios del DSM V:
  • Patrón persistente de inatención y/o hiperactividad - impulsividad que interfiere con el funcionamiento o el desarrollo.
  • Síntomas presentes antes de los 12 años
  • Síntomas presentes en dos o más entornos
  • Clara evidencia de los síntomas que interfieren con el funcionamiento académico, social o laboral.
  • Los síntomas no se producen o explican por alguna otra patología (trastornos de ansiedad, del estado del ánimo, de personalidad).
Los criterios se obtienen mediante una entrevista con los padres, información de los docentes, comportamiento en el aula y la casa, historia clínica detallada, de la cual se obtengan los síntomas, antecedentes y el ambiente de la casa, la realización de examen físico y evaluación neuro-psicológica, que permitan descartar otras anormalidades.

Con base en Pascual Castroviejo (2008) el déficit de atención con hiperactividad puede reconocerse muy temprano, teniendo en cuenta los siguientes indicadores:
  • Llanto casi continuo
  • Movimiento fetal aumentado
  • Dificultades para conciliar el sueño
  • La marcha adquirida muy rápida (6 - 9 meses)
  • Mordedura del pezón de la madre al lactar con ansiedad

Los pacientes con TDAH sufren desconexiones o disfunciones en determinadas áreas cerebrales relacionadas con la atención. En la figura se muestran los dos sistemas anatomo-funcionales que canalizan la misma:
  • Sistema atencional posterior: es un conjunto de órganos cerebrales (Locus coeruleus, corteza parietal posterior y núcleo pulvinar del tálamo). Funcionan mediante un neurotransmisor que se llama noradrenalina o norepinefrina. Generan la atención selectiva. 
  • Sistema atencional anterior: Se comunica con el sistema atencional posterior y es otro grupo de áreas cerebrales (área tegmental ventral, corteza prefrontal y área cingulada anterior). Depende de un neurotransmisor denominado dopamina. En este sistema consiste en tres tipos de atención: selectiva, sostenida y dividida.
Vaidya y colaboradores (1998) Selective effects of methylphenidate in attention deficit hyperactivity disorder: A functional magnetic resonance study. (P, 14497)

Este es un estudio de resonancia magnética funcional, realizado por Vaidya, Austin, Kirkorian, Ridlehuber, Desmond, Glover y Gabrieli (1998). Éste consistió en tomar una muestra de niños con diagnóstico de TDAH, medicarlos y otros sanos. Ahora bien, a los niños se les realizó, mientras estaban en el equipo, una prueba denominada Go/ No Go que consiste en el mantenimiento de atención selectiva y control de respuesta.

Al observar la imagen, se demuestra que los niños con diagnóstico y sin medicación (metilfenidato - MPH), se activaron pocas zonas de su cerebro, en concreto las áreas prefrontales y el cuerpo estriado. Por otro lado, el siguiente grupo difirió con un mejor control inhibitorio, activación prefrontal y estriatal. Y al contrario, cuando los pacientes hiperactivos recibieron el fármaco las capacidades antes mencionadas mejoraron, pero los no hiperactivos disminuyeron su conducta cuando lo consumieron.

¿Trastorno sólo de la atención? TDAH y las funciones ejecutivas
"Las funciones ejecutivas (EF, también llamadas control ejecutivo o control cognitivo) se refieren a una familia de procesos mentales descendentes que se necesitan cuando se tiene que concentrar y prestar atención" (Burgess y Simons 2005Espy 2004Miller y Cohen 2001; Diamond, 2013. P, 135).

Según Schreiber, Possin, Girard y Rey-Caserly (2014), "la función ejecutiva se refiere a una gama de habilidades de alto nivel que son fundamentales para el funcionamiento exitoso en la vida cotidiana y para el aprendizaje y el desarrollo adaptativo en los niños".

Con base en Baurmeister (2014) las funciones ejecutivas son:
  • Inhibirse: o control inhibitorio es la capacidad de regular los impulsos.
  • Planificación: permite desarrollar estrategias para realizar metas u objetivos.
  • Auto-regulación emocional: favorece la regulación emocional y la motivación en el tiempo.
  • Organización: ofrece la posibilidad de estructurar y manejar tareas, pensamientos y el tiempo.
  • Memoria de trabajo: aptitud que consiste en la retención de información para guiar la conducta de un individuo.
  • Auto-monitoreo: evaluación de conductas personales para determinar si son adaptativas o no y es la detección de errores para corregirlos.
  • Flexibilidad: también llamada flexibilidad cognitiva, es la habilidad para ver las cosas desde diferentes perspectivas, adaptarse a las circunstancias y resolver problemas de manera creativa.
El TDAH constituye más que sólo un problema atencional y del movimiento. De hecho, a nivel social se debería empezar a considerar como un problema de control o regulación cognitiva. "Las teorías destacan cada vez más el papel de las alteraciones de la función ejecutiva en individuos con TDAH" (Schreiber, Possin, Girard y Rey-Caserly, 2014. P, 42).

Fármacos
Con base en Ruiz y Sauceda (2012) el tratamiento farmacológico es múltiple. Ahora bien, los medicamentos que efectivamente son de elección en este tipo de trastornos son los psico-estimulantes, sin embargo dependiendo del paciente la terapia debe variar, ya que no todos presentan los mismos síntomas y entidades.
Los medicamentos que se utilizan son:
  • Neurolépticos
  • Anti-depresivos
  • Psico-estimulantes
  • Anti-convulsivantes
  • Inhibidores de la recaptación de norepinefrina
Neurolépticos
Son medicamentos para pacientes psiquiátricos exclusivos para trastornos psicóticos, síndrome de Guilles de Tourette, trastornos conductuales e impulsivos. Se emplean en el TDAH cuando hay trastornos comórbidos u entidades asociadas al mismo. Con base en Ruiz y Sauceda (2012) éstos medicamentos no deben consumirlos pacientes con Enfermedad de Parkinson o problemas metabólicos. Por otro lado, Gardner, Baldessarini y Waraich (2005) comentan que los efectos colaterales de los neurolépticos son aumento de peso y síndrome metabólico.

Anti-depresivos
Son medicamentos exclusivos para pacientes con trastornos depresivos y de ansiedad. Entre ellos, trastorno depresivo mayor, trastorno obsesivo compulsivo y ataque de pánico. Se utilizan en el TDAH como opciones cuando el paciente no responde bien a otros, en especial a los psico-estimulantes e inhibidores de la recaptación de norepinefrina. También se emplean cuando hay otras entidades asociadas.

Ruiz y Sauceda (2012) comentan que están contraindicados para pacientes con cardiopatía. Con base en Cháves y colaboradores (2008), sus efectos secundarios más frecuentes son náuseas, diarrea, insomnio o somnolencia, mareo e inquietud.

Psico-estimulantes
Son medicamentos especializados para el trastorno de déficit de atención e hiperactividad y la narcolepsia. Ahora bien, con base en Ruiz y Sauceda (2012) comentan que están contraindicados para pacientes con cardiopatía, psicosis, o ansiedad grave. Y según Lahkan y Kirchgessner (2012) comentan que efectos agudos a éstos son dolor abdominal, mareo, cefalea, dificultad para conciliar el sueño, náusea e irritabilidad.

Anti-convulsivantes
Son medicamentos especializados para pacientes con epilepsia. Se utilizan cuando existen comorbilidades como crisis convulsivas o enfermedad bipolar. Según Ruiz y Sauceda (2012) están contraindicados para paciente con hepatopatía o enfermedades que dañen el hígado. Por otro lado, Brodie y colaboradores (2016) comentan que efectos secundarios de éstos pueden ser irritabilidad, impulsividad, ira, agresión y depresión.

Inhibidores de la recaptación de norepinefrina
Es un fármaco no estimulante exclusivo para el trastorno de déficit de atención. Según Ruiz y Sauceda (2012) están contraindicados para pacientes con cardiopatía y enfermedad cerebrovascular. Con base en Ruiz y Sauceda (2012) algunos de los efectos colaterales que pueden presentarse son pérdida de apetito, cefalea y dolor abdominal.

Psico-educación
El término psico-educación comprende intervenciones sistemáticas, psicoterapéuticas y didácticas, que son adecuadas para informar a los pacientes y sus familiares sobre la enfermedad y su tratamiento, facilitando el entendimiento y el manejo personalmente de la enfermedad y apoyando a los afectados (Bäuml, Froböse, Kraemer, Rentrop & Pitschel-Walz, 2006. P, S1).

Ahora bien, en el tratamiento del TDAH es vital la psico-educación. Un estudio realizado por Bai, Wang, Yang y Niu (2015) demostró que los pacientes que recibieron esta intervención mejoró la adherencia a los medicamentos y los síntomas. Utilizaron una técnica llamada plan de comportamiento planificado y emplearon dos grupos estudiados, uno que recibió ambas estrategias y otro que sólo emplearon fármacos. Los resultados fueron fructíferos para aquellos que recibieron ambas estrategias y al mismo tiempo los padres quedaron muy satisfechos con la psico-educación. Y las relaciones interpersonales de los menores también mejoraron.

Bibliografía
  • American Psychiatric Association. (2014) Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. (Panamericana. P, 996). Sección 2.
  • Bai, G., Wang, Y., Yang, L., & Niu, W. (2015). Effectiveness of a focused, brief psychoeducation program for parents of ADHD children: improvement of medication adherence and symptoms. Neuropsychiatric Disease and Treatment11. PP, 2721–2735.
  • Bäuml, J., Froböse, T., Kraemer, S., Rentrop, M & Pitschel - Walz, G. (2006). Psychoeducation: A basic psychotherapeutic intervention for patients with schizophrenia and their families. Schizophrenia Bulletin, 32 (1). PP, S1 - S9
  • Bauermeister, J. (2014). Hiperactivo, impulsivo, distraído. ¿Me conoces?. (The Gilford Pess., P, 532). Capítulo 4
  • Brodie, M., Besag, F., Ettinger, A., Mula, M., Gobbi, G., Comai, S., Aldenkamp, A & Steinhoff, B. Epilepsy, antiepileptic drugs and agression: an evidence - based review. Pharmacological Reviews, 68 (3). PP, 563 - 602.
  • Chávez, E & Ontiveros, M & Serrano, C. (2008). Los antidepresivos inhibidores delectivos de recaptura de serotonina (ISRS, ISR - 5HT). Salud Mntal, 31 (4). P, 307 - 319.
  • Diamond, A. (2013). Executive functions. Annual Review of Psychology, 64. PP, 135 - 168.
  • Gardner, D., Baldessarini, R & Waraich, P. (2005). Modern antipsychotic drugs: a critical overview. CMAJ: Canadian Medical Association Journal, 172 (13). PP, 1703 - 1711.
  • Lahkan, S & Kirchgessner, A. (2012). Prescription stimulants in individuals with ans without attention déficit hiperactivity disorder, and adverse effects. Brain and Behaviour, 2(5). PP, 661 - 667.
  • Anónimo. (2015). La mente atenta II. La atención distraída. El arte de desterrar lo irrelevante. Recuperado de: https://atenciondistraida.wordpress.com/2015/04/14/la-mente-atenta-ii/. (De aquí se extrajo una imagen).
  • Pascual - Castroviejo, I. (2008). Hiperactividad. ¿Existe frontera entre personalidad y patología? (Díaz de Santos., P, 236). Capítulo 3
  • Ruiz, M & Sauceda, J. (2012). Trastorno por déficit de atención a lo largo de la vida. (Editorial Alfil., P, 142). Cap. 20.
  • Schreiber, J., Possin, K., Girard, J & Rey - Casserly, C. (2014). Excecutive function in children with attention déficit/ hiperactivity disorder: the NIH EXAMINER battery. Journal of the international neuropsychological society: JINS, 20 (1). PP, 41 - 51.
  • Vaidya, C., Austin, G., Kirkorian, G., Ridlehuber, H., Desmond, J., Gover, G & Gabrieli, J. (1998). Selective effects of methylphenidate in attention deficit hyperactivity disorder: A functional magnetic resonance study. Proceedings of the national academy of sciences of the United States of America, 95 (24). PP, 14494 - 14499.
  • Wilens, T & Spencer, T. (2010). Understanting atention - deficit/ hiperactivity disorder from childhood to adulthood. Postgraduate Medicine, 122 (5), 97 - 109.

miércoles, 6 de marzo de 2019

Etapas del desarrollo psicosocial. Erik Erikson

Las etapas del desarrollo psico-social de Erik Erikson son una serie de hitos importantes, mediante los cuales se habla sobre ciertas crisis a las que se enfrente el sujeto que se está desarrollando (desde niño hasta anciano). Cada una ocurre en diferentes edades. De hecho, cada conflicto por el que pasa el individuo implica dos cosas: por un lado se puede desarrollar una competencia, lo cual indica que es un sujeto sano, o por el contrario adquiere una patología, que indica que tendrá repercusiones en diversos entornos. 

A continuación se presentan las etapas del desarrollo psicosocial de Erik Erikson:


Por este motivo, es que los trastornos psicopatológicos no se manifiestan del mismo modo en niños(as), adolescentes, adultos(as) y ancianos(as). A menor edad, lo que se busca es obtener mayor atención, sentirse con protección, tener amigos(as) y poder jugar para aprender y expresar emociones. Por otro lado, el adolescente busca no sólo tener amistades, si no (y primordial) desarrollar un código moral propio y una identidad personal, la cual obtiene no sólo observándose a sí mismo(a), sino también a los demás, buscando tener experiencias nuevas y, por último, es la edad donde deben adquirir ideales, es decir ya deben saber qué quieren ser, qué quieren estudiar y en qué se quieren convertir (cómo quieren vivir su vida).

Por ejemplo: un trastorno de ansiedad como la fobia social o el temor futuro a que se burlen de uno(a) mismo(a) y que lo(a) critiquen, en los niños se manifiesta mediante una negación a relacionarse con otros(as), hacer amigos(as) y participar en juegos. Mientras que en los adolescentes pueden negarse a dar sus propias opiniones o juicios morales y negarse a pensar por si mismos, desencadenando a su vez, un trastorno de personalidad dependiente.

Bibliografía
Gordillo Bejarano, J. (2017). Teoría de la personalidad - Erikson. La personalidad y las diferencias individuales. Recuperado de: https://personalidadydiferencias.blogspot.com/2017/04/teoria-de-la-personalidad-erikson.html (De aquí se extrajo una imagen). 

Desarrollo psicológico


Conocer el desarrollo psicológico es necesario para saber si los(as) niños(as) están teniendo un desarrollo normal o uno patológico. Por este motivo, es pertinente conocer antes la normalidad para después empezar las alteraciones. De hecho, los padres y docentes deben estar muy pendientes de los hitos de los(as) menores para darles una adecuada educación y cuidados de acuerdo a sus necesidades, y por supuesto, para acudir a un profesional que sepa abordar estas circunstancias.

Ahora bien, con base en Achotegui y compañeros (2010, p, 93-94), los(as) niños(as) pasan por hitos importantes que se deben observar, lo cual permite percibir si el sujeto está en su desarrollo normal o no:
  • 1 - 5 meses: demuestra una sonrisa social hacia sus cuidadores por las estimulaciones (positivas) que recibe y los persigue con la mirada, como también a objetos que sean de su interés. 
  • 5 meses: se coloca en posición supina o boca arriba y realiza juegos con partes de su cuerpo. 
  • 6 meses: extiende sus brazos para que lo carguen. 
  • 7 meses: el bebé expresa miedo hacia los extraños. 
  • 8 meses: debe haber comprensión de la palabra "no" y gesto de negación. 
  • 9 meses: puede mirarse al espejo y compararse con otro(a), lo cual permite empezar a identificar la imagen corporal. 
  • 10 meses: imita gestos como despedirse con la mano o aplaudir. 
  • 11 meses: colabora para que le puedan vestir, puede negar con la cabeza ante situaciones y comienza a decir alguna palabra con sentido.
  • 12 meses: al año debe haber pérdida de interés en llevarse los objetos a la boca y aumenta la expresión de palabras con sentido y comprende múltiples palabras. 
  • 15 meses: puede utilizar los cubiertos para comer, lo cual indica que debe haber un mayor desarrollo de la coordinación fina (mano-ojo). 
  • 18 meses: aumenta la capacidad imitativa del(a) niño(a), debe haber un mayor conocimiento de su esquema corporal, es decir que debe decir algunas partes de su cuerpo como mano, ojos, nariz, etc. Y debe ser capaz de señalar con el dedo cosas y personas que ya conozca o le sean familiares. 
Bibliografía
Achotegui, J., Camino, A., Celis, C., Cristóbal, C., Giné, C., Leonhard, M., Martín, A., Mas, JM., Pegenaute, F., Planella, J., Ponte, J., Rinos, M., Rodrigo, MJ., Rubert, MA., Tarragó, R., Torrecillas, AM., Valls, I., Viloca, L., & Zaurín, L. (2010). La atención temprana, Barcelona, España, Editorial UOC. Parte III: La atención al bebé y a la primera infancia. Capítulo 6: Concepto y necesidades del bebé y la primera infancia.

martes, 5 de marzo de 2019

Desarrollo social

El desarrollo social en los(as) niños(as) hace referencia al aprendizaje y memorización de habilidades que les permiten desenvolverse en un entorno rodeado de muchas otras personas con características iguales, similares y diferentes a las de ellos(as). Algunas de éstas son la escucha, iniciar, mantener y saber terminar conversaciones, formular preguntas, agradecer y demostrar una adecuada imagen ante los otros. 

Los seres humanos son seres sociales por naturaleza. Desde el nacimiento ya se encuentra el sujeto en un grupo, rodeado de otras personas, que es su familia. Razón por la cual, se ha demostrado que los sujetos no relacionan o cuya forma de socializar sea anómala, puede deberse a diversos trastornos, como también ausencia de educación de habilidades sociales. Con base en Huanca (2012, p, 31 - 32), los bebés tienen un desarrollo social desde el nacimiento hasta los 2 años.
  • Recién nacido: mira a quienes tiene a su alrededor, sobre todo a su madre.
  • 3 meses: sonríe y se ríe (sonrisa social) ante una interacción positiva. 
  • 6 meses: el bebé abraza a quien tiene cerca y quiere que lo carguen. 
  • 9 meses: realiza imitaciones ante las conductas con las manos y gestuales que ve en otros. Por ejemplo: despedirse con la mano.
  • 12 meses: el(la) niño(a) señala con los dedos las cosas que quiere y con desea estar.
  • 15 meses: cuando el(la) niño(a) escuche su nombre debe voltear y responder.
  • 18 meses: al año y medio existe interés en mostrar los objetos que encuentra, señala partes de su cuerpo y señala las cosas que quiere
  • 24 meses: a los dos años disminuye la ansiedad ante los extraños y desea jugar con otros(as) niños(as). 
Ahora bien, las habilidades sociales se siguen aprendiendo mientras los(as) niños(as) están creciendo. De hecho, muchas veces se encuentran con situaciones con las que no están de acuerdo, por lo cual realizan pataletas. Por este motivo, el aprendizaje y, sobre todo, la implementación de estas habilidades son las que les permiten a éstos(as) adaptarse a las situaciones con otras personas, conseguir amistades, cuidarlas, etc.

Bibliografía
Huanca, D. (2012). Manual de neuropediatría. GPC Basada en la evidencia, Lima, Perú, Editorial IIDENUT. Capítulo 3 - Desarrollo social en niños.  

Desarrollo motor

El desarrollo motor hace referencia al dominio que los(as) niños(as) obtienen de su cuerpo, a través de factores los cuales son integración sensorial de los estímulos del entorno, el tono muscular, la fuerza, el equilibrio y la planificación que obtienen mediante su crecimiento e interacción con otros. 

Ahora bien, la motricidad le permite a las personas desplazarse en el ambiente para relacionarse con otros, obtener las cosas que quieren y desarrollar las funciones cognitivas. Con base en Achotegui y compañeros (2010, p, 90-91) el desarrollo motor ocurre desde los 3 hasta los 18 meses. 

  • 3 meses: el bebé es capaz de controlar y sostener su cabeza.
  • 4 meses: el sujeto debe tener la suficiente coordinación entre sus manos y ojos para agarrar objetos. 
  • 5 meses: el bebé ya puede voltearse.
  • 6 meses: en esta etapa ya debe existir el interés en agarrar y explorar objetos. Generalmente, se los introduce dentro de la boca. 
  • 7 meses: durante este tiempo el bebé se coloca en posición prona o boca abajo para cargar su peso. 
  • 8 meses: en esta época el sujeto debe alcanzar la sedestación, es decir lograr sentarse. 
  • 9 meses: el bebé se desplaza mediante locomoción cuadrúpeda, que significa moverse con manos y rodillas.
  • 10 meses: el sujeto puede mantener una postura erecta con apoyo.
  • 11 meses: el bebé puede mantener una postura erecta sin apoyo.
  • 10 - 12 meses: en esta etapa debe haber gestos indicativos o que el(la) niño(a) señale lo que quiere con sus dedos.
  • 11 meses: el sujeto debe ser capaz deambular con apoyo.
  • 13 meses: ya debe existir una deambulación sin apoyo. 
  • 15 meses: el sujeto debe ponerse de pie sin apoyo. 
  • 18 meses: el(la) niño(a) puede saltar sobre los dos pies. 
Bibliografía
Achotegui, J., Camino, A., Celis, C., Cristóbal, C., Giné, C., Leonhard, M., Martín, A., Mas, JM., Pegenaute, F., Planella, J., Ponte, J., Rinos, M., Rodrigo, MJ., Rubert, MA., Tarragó, R., Torrecillas, AM., Valls, I., Viloca, L., & Zaurín, L. (2010). La atención temprana, Barcelona, España, Editorial UOC. Parte III: La atención al bebé y a la primera infancia. Capítulo 6: Concepto y necesidades del bebé y la primera infancia.